sábado, 10 de abril de 2010

La Portera camaleónica

Todos sabemos que nuestro colegio cubría con un manto de dudas las cosas que sucedían tras sus muros, es más, si tomamos el colegio tal cual y lo ponemos sobre una colina llena de acantilados, tormentas y rayos pasaría perfectamente por una película de terror o de misterio. Digo esto refiriéndome a que sus personajes se presentaban ante nosotros con una característica determinada, por eso mismo, nunca los hemos podido olvidar y coincidimos todos en sus detalles. También sabemos que las historias que les cuento de cada uno de ellos son verídicas, quizás tienen un poco de fantasía al relatar el estado del clima de aquella época pero todo lo demás es cierto. A todos nos está quedando claro que cada uno de ellos tenían una doble vida, una doble personalidad, que se presentaban ante nosotros con su lado más terrible pero la mayoría, en el fondo, tenían sus motivos para ser así.
Nuestro querido colegio es, sin duda, el colegio más misterioso que existe en Valparaíso, comenzando por su nombre, ¿a algunos de ustedes en todos los años que estuvieron en el Colegio les explicaron quién fue Carlos Cousiño? - pues no, todo era un misterio - porque en esos años el Politburó sabía que podía manejar la información - porque la Duma sabía que no había internet - y podían hacer con nosotros lo que quisieran. Pero ellos no sabían que ahí dentro había una persona, un alumno, que se encargaba de registrar e investigar todo lo que acontecía. Es un colegio que nos llenó de misterios, tanto sus instalaciones como sus integrantes...y lo sigue haciendo, por eso, vamos a desenmascarar a todos sus personajes, para que sepan su más sorprendente verdad. Esta vez la soga al cuello está en La Portera, sí, ella misma, no hace falta que aplaudan, si desean pueden aplaudir...pero la cara de esta señora. Partamos por el nombre, mejor dicho, el apodo: 'La Portera'. Pero La Portera de qué? , de la puerta?, del colegio?, del arco de fútbol?, La Portera de las mentiras, La Portera de los cahuines, La Portera de la puerta de Las Porteras, no, ...se equivocan , primero pongámosle un nombre ficticio : Sra. Silvia, aunque su segundo nombre era éste, su nombre verdadero era Lourdes Pompeya de la santísima Silvia, nombre que le viene al clavo dado su carisma, su cara de perdón, su bondad para abrirte la puerta cuando venías tarde, su mano divina para acariciarte las patillas si la contradecías, su saludo a flor de boca, su habilidad para agarrarte del cogote y sacarte de un ala del colegio, su cara llena de risa contagiosa, su aura que te invitaba a abrazarla.. pero el abrazo del oso.
Los cuatro años que estuve en este colegio, los cuatro años la vi con la cara larga, eso sí,...seamos derechos...había una cosa que si tenía buena...su hija, estudiaba en otro colegio... era un bombón...pero era una alternativa totalmente inviable y no recomendada para ningún yerno. Esta señora de cuatro cabezas, cual gárgola, era la custodio o custodia de la Sociedad Formadora de la Infancia, se le contrató a tiempo parcial de 08:00 a 13:30 hrs por un período determinado, pero su emplazamiento y atornillamiento a la Portería fue tan implacable que el Colegio quedó fascinado con ella y la contrató a jornada completa. Por supuesto, eso le daba la seguridad a la Duma de que sus secretos se mantenían a salvo.
Aún escucho sus gritos, secos y graves. Entre los 14 y los 17 años los adolescentes tenemos una neurona que se llama AJR (Aweonamiento Jerárquico Retardado) que con el tiempo se deshace, aunque hay algunos que la mantienen hasta viejos, dicha neurona impide que te reveles contra cualquier persona mayor que tú ( de ahí la 'A' de Aweonamiento), tampoco te permite diferenciar si dicha persona posee la autoridad suficiente para llamarte la atención ( de ahí la 'J' de Jerárquico ) y tampoco permite desquitarte ya que cuando te has dado cuenta el charchazo o el tirón de mechas ya te lo has tragado (de ahí la 'R' de Retardado) por eso que cuando nos levantaba la voz hasta el tío Juanito no asustábamos, era por el 'AJR'. El caso es que dicha señora, tenía conocimiento pleno de esa neurona y se aprovechaba. Cuando comenzamos el 4º Medio en el año 1985, veníamos del exilio detrás del Club Árabe, nuestra primera sala de clases 'acondicionada' fue la Biblioteca (frente a la Portería), en ese comienzo de clases mi posición estratégica no podía ser mejor, al lado de la puerta, ante cualquier descanso abría la puerta un par de centímetros y podía observar todo lo que acontecía en el hall de entrada del Colegio, los apoderados yendo a retirar hijos, los padres que venían a pagar las cuotas, las madres citadas por el comportamiento de las hijas, y sobre todo a mi amor de patio que me alegraba la mañana. Pero ahí estaba la guerra con la vieja, yo abría dos centímetros la puerta y salía ella como un bulldog con hambre y me la cerraba, abría otra vez la puerta y saltaba de la Portería aleteando como una gallina y me la cerraba, en eso me llevaba toda la mañana, peleando con ella, abre, cierra, abre, cierra, sujetaba ella la puerta por fuera para que no la abriese, pero cuando tocaban la puerta de entrada se iba y yo la abría otra vez, me miraba con cara de doberman y me decía : 'cierra la puerta de una vez o llamo al Sr. Díaz'. Era un trauma que tenía esta señora con las puertas (de ahí su apodo: La Portera).
Por las tardes, tenía la excusa perfecta, podría entrar al colegio a entrenamiento de voleibol por el hall y así distraer la vista, tocaba el timbre, ella miraba por la ventana de su sala de mandos y decía:'¿qué quieres?, Los alumnos no pueden entrar por la tarde, - vengo a Voleibol - nooo, debe entrar por el portón verde. Cada día era una lucha a muerte por salvar su vigilancia, no había caso de entrar en el colegio si no era en horario reglamentado. Es que me acuerdo y me da rabia!, cómo los genes se pueden estropear tanto generando una masa de pelo teñido castaño de tan mal genio.
Creo que fue la última vez que me cerró la puerta, cuando dije - esto no puede ser normal - Esta señora no es ella, algo la debe hacer reaccionar así, no pueden haber seres en la tierra que malgasten su tiempo en privar a otros de hacer lo que quieran, en no dejarlos ser, de irse contra ellos cuando pasan a llevar la libertad del otro y no cuando quieren ser libres, vaya ogro!. Averiguar eso era, sin embargo, un reto grandísimo, descubrir por qué su reacción contra todo lo que pasa por esa puerta no es lo normal de una Portera sino la de tragarte con su mirada y prohibirte el paso a como dé lugar, más aun, si eres alumno regular. Comienza así la misión más peligrosa y alucinante que he tenido en mi vida, todo lo que descubrí producto de esta operación me hicieron entender los motivos claros que hacían reaccionar de esta forma a este guardián de caza, a esta gárgola de carne, a esta Portera sin llaves.
Lo primero es indagar su nido, su jaula de lora, porque al margen de lo pesada, era sapa. Pero entrar ahí ¿creen que era pan comido?, si daba miedo pasar por fuera de la Portería imagínense entrar en ella, cómo, cuándo, con qué excusa. Si hay algo bueno que me dejó el July de enseñanza fue su libretita sin espiral y mi Bic tapa azul, con él debía anotar entradas y salidas de la bestia teñida, a qué hora salía a comer, en qué momento la citaban de Dirección, a qué hora llegaba por la mañana, a qué hora se iba por la tarde-noche, un detalle, solo los viernes se iba a las 19:00 hrs. Todo eso lo registraba mientras tironeaba cada mañana la puerta de la sala con ella pero era imposible, ¿poder saber a qué hora llegaba? qué va! si cuando yo llegaba ya estaba como una bisagra en la puerta mirándonos nuestras pintas y sobretodo recabando información para el July, de ahí Julio Díaz obtenía el Promedio del largo del jumper azul, el GPPHDR (Grado de Percepción del PH a Distancia Relevante), Pelo tomado o suelto, uñas, labios; En los hombres el largo del pelo, aro, barba de 2 días, etc., Ella era el código de barras del colegio, lo registraba todo. ¿Poder tomar su hora de salida?, era la última en irse por lo visto no tenia vida familiar, ¡claro, con ese carácter quién la iba a aguantar en casa! A qué hora salía a comer, si la vieja comía ahí, en la sala de control por lo demás nadie la llamaba, nadie la citaba, nadie le daba una indicación, no se movía del nido. ¡imposible entrar en su guarida!.
Una mañana de Agosto, miércoles 21 para ser más exacto, venía siguiendo un personaje a la entrada del colegio, pero venía tan pendiente de él que pasé de largo hasta el patio, llega la hora de clases y nuestro profesor de Música, el chacotero Pancho, no estaba. Como era normal la sala se abría y empezábamos todos a deambular como zombis por el hall, Zamorano con su guitarra animaba el show (recuerden que era la hora de música), Guillermo Herrera con su flauta dulce, Jorge Lira con la bufanda blanca de lana que le tejió su abuelita hasta los 17 años porque era más larga que el día lunes, Eduardo Cataldo bailaba ridículamente sobre la tarima divirtiendo a la piti y a la poti (Fuentes y Gallardo), Sandro Canessa haciendo sus torpedos que se los metía enrollados en sus fosas nasales, Pedrito Vásquez que intentaba desatascar sus zapatos de la silla de adelante, calzaba 52 y con los pies de Chaplin, Orlando Barrasa no paraba de reírse con su voz FM, Los hermanos Mora jugando póker y fumando John Player Special y mentolado porque no querían descendencia, Roberto Salgado pidiendo berlines fiados en el kiosco a nombre de Marco Cabrera, Gonzalo Quijón traduciendo las canciones de Reo Speed Wagon para Náyade, y yo sentado en el hall observando todo. Ante mis ojos se presenta la oportunidad de oro, sin lograr madurar la situación, una persona entra a la oficina de tesorería, la espléndida mujer que atendía, alta, rubia blondon del 3 y agua oxigenada 20vl. que más parecía una momia embalsamada pero con traje de oficina. Habla la momia a la señora que entra en Tesorería y le confirma que la Portera no estará durante todo el día - ¡Qué he oído! - ¡no puede ser!, es la oportunidad perfecta para escabullirme a la sala de operaciones del ogro y buscar los motivos exactos de su comportamiento tan agresivo con los alumnos, ahí debería estar la respuesta.
Voy corriendo rápidamente hasta mi sala para cerrar mi mochila cuando - ¡mierda! entra el Pancho a clases de Música. Todos los alumnos dejaron de hacer sus actividades extraescolares y comenzaron a preparar la clase. Para todo siempre hay una operación B alternativa (como decía el July), debía buscar una excusa para salir lo antes posible de la sala y mi ingenio, producto de tanta leche materna, estaba haciendo efecto. Dado que mi posición estratégica estaba a un lado de la puerta y no estaba la señora que me la cerraba a cada instante, pude llamar a una amiga que estaba sentada a la entrada del patio principal, le entregué un papel en que decía "entra a mi sala y di que hay una llamada telefónica para Yuri Salazar", Dado que el papelito iba con mucho sex-appeal la respuesta no se hizo esperar, al minuto entra la chica y el Pancho me autoriza.
Salgo de mi sala, doy un beso a la chica por el favor concedido y me dispongo a entrar al punto A, su guarida. Abro suavemente su puerta y entro cerrándola inmediatamente, debía observar cada detalle. Tras la puerta un abrigo color beige, largo y antiguo con botones redondos anchos y marrones, sobre la mesa unas revistas de moda, podía estar por ahí su secreto. Una foto de sus hijos, un termo rojo con expendedor de agua a presión, esos que echaban agua a cualquier parte menos a la taza, un jarrón lleno de sarro producto del té diario, periódicos antiguos, llaves, y una vista panorámica al club Árabe. ¿Sería este sucucho el que ponía tan idiota a esta señora?, estos 3x1 mts. de Portería? Al fondo, un armario con chaquetas y parkas para el invierno, un paraguas, unas botas de agua modelo 'Eduardo Cataldo'. En fin, nada raro me parecía a simple vista.
Siempre en los armarios hay una caja que contiene secretos personales, metí mi mano entre las chaquetas para palpar algo, esperando no toparme con una araña, pero no detectaba nada, mientras más abajo movía mi brazo derecho sentía un suave frio acompañado de un viento fino, como si se colara por una rendija, incliné más mi cuerpo y, efectivamente, tras abrir las chaquetas y parkas había una puerta, pero con llave, debía aprovechar ese día que no estaba para registrar todo pero no tenía la llave, dónde podría estar la llave, no estaba en el llavero que tenía sobre la mesa, no estaba bajo la mesa ni detrás de la puerta, ni en la ventana, no habían cajones, tampoco en el abrigo beige tras la puerta, en ningún bolsillo de las chaquetas del armario, dónde cresta guardarías una llave, a no ser que la tuviese ella, como una doberman que era..Era muy probable, nada...no estaba por ningún sitio, ya debía salir de ahí, doy la última mirada sobre la mesa, tomo la foto de sus hijos que estaba afirmada en el marco de la ventana para mirar sus detalles y... ¡tate!, una foto muy pesada para estar sin marco, la giro y trás de ella una llave de bronce de 4 dientes pegada con scotch. ¿Por qué tanto secreto con una simple puerta?, a eso entré a la Portería y no me iba a ir con la duda. Me cuelo entre las chaquetas, meto la llave y un ¡clack! me contaría los secretos de la bestia...Podría finalizar aquí mi historia y dejarlos con la duda, o finalizarla en otro capítulo, pero les contaré los secretos de nuestro colegio porque merecen saberlo.
Cuando abrí la puerta sentí esa brisa que hace unos momentos había sentido en mis manos, era una habitación oscura que no podías llegar y entrar, podía ser una sala de archivados, de muebles antiguos, pero era raro que tuviese solo acceso por Portería, además como sabrán todos los archivados y los libros de clases antiguos estaban todos en el subterráneo bajo el salón de actos. Cuando doy el primer paso, sin poder cerrar aun la puerta por la oscuridad del cuarto, mi pie izquierdo queda en el aire y si no estoy afirmado en la manilla de la puerta me habría sacado cresta y media, ¡sorpresa!, no era un cuarto, era una escala, por más que miraba no veía ningún interruptor de luz, solo al abrir más la puerta se apreciaba una escalera de concreto hacia un fondo sin nada, no sabía si ahí abajo estaba una piscina llena de agua con cocodrilos, donde enterraban los fetos de las alumnas embarazadas o de los abortos de las monjas, o si era la verdadera casa de la gárgola de la Portería. No me quedaba otra que arriesgarme, cerrar la puerta aunque no viera nada y bajar hasta donde pudiese, me persigno y debe haber sido tanta la adrenalina que me hizo subir las vitaminas de la leche materna mamada cuando pequeño cuando recordé que en el bolsillo de mi capa tenía un llavero que al presionar el fondo se encendía un pequeño led (Lo usaba para bailar a Devo en las fiestas). Eso me permitió bajar con un poco más de seguridad la escalera, debía contar los escalones así podría calcular a qué profundidad estaba llegando, por lo menos olor a azufre no había así es que la presencia del mandinga no era muy viable. Cuando llevaba ya unos 45 escalones (45 x 20 cm cada escalón) = 900 cms. / 100cms. = 9 mts. pero no en línea recta, siempre con una leve desviación hacia la derecha, se empieza a sentir una música muy a lo lejos , no hay más escalones y con mi mini led intento mirar el suelo, ya tenía mis ojos con las pupilas más dilatadas que los ojos del Gallardo cuando le hacen el Koala por la espalda , se apreciaba un suelo limpio, me refiero sin objetos, cajas, libros, palos, etc. hasta que comienzo a llegar a esos acordes que sentía a lo lejos, por entremedio de una rejilla se veía una luz, se escuchaba agua correr como de alcantarillado, puedo observar al fondo como si hubiese alguien parado sobre un cajón inmenso, se veía de espaldas pero cubierto con una especie de piel cavernícola y más abajo unas cabezas que alzaban sus manos como si de un dios se tratase. Pero no podía acercarme, aun no tenía buena visión del suelo y podía tropezar, poco a poco intentaba dar pasos cortos para no hacer ruido hasta que llegué a un costado de donde estaban, parecían cavernícolas. Dios mío! esto es un submundo!, y bajo mi colegio! pero ¿y la música? ¿y los acordes? sabían estos prehistóricos tocar y hacer acordes, escucho el punteo pero de una guitarra eléctrica, estoy flipando con estos tipos, saben tocar guitarra eléctrica, logro escuchar sus acordes, sostenido - F#m - luego D#m -B#m el tipo con pieles que está sobre el cajón se gira y está con una guitarra blanca colgada, pone el codo sobre su cadera y tira la mano hacia abajo y ...¡no puede ser! ...¡Es Juanito!, el auxiliar, está desnudo tapado solo con pieles y unas botas de boxeador, antes que termine de tragar la saliva que se me caía por tener la boca abierta comienza a cantar : Come Here baby (ven aqui nena), Frente a él una mujer de edad, cubierta de cuero negro, zapatos de taco cuadrado tipo monja, bailando a su ritmo dentro de una jaula, con una máscara de piel negra estilo gatúbela que si no hubiese sido por las gafas potos de botella no habría caído que era la tía de kiosco, sí exactamente, era la chica Super Freak. ..Y Juanito le sigue cantando en inglés: You know you drive me up a wall (Sabes que me haces trepar
por las paredes) the way you make good on all the nasty tricks (de la forma en que haces tus sucios trucos) you pull Seems like we're makin' up ( Parece como que nos estamos reconciliando) more than we're makin' love And it always seems you got somn' on your mind other than me Girl, (mas que hacer el amor y siempre pareces tener algo más en tu mente, chica) you got to change your crazy ways You (tienes que cambiar tu loca forma de ser) hear me Say (Me escuchas) you're leavin' on a seven thirty train and that you're headin' out to Hollywood (dices que te vas en un tren de las siete y media a Hollywood).
Girl you been givin' me that line so many times (chica me has mentido tantas veces) it kinda gets like feelin' bad looks good (casi como sentirse mal se viera bien) That kinda lovin' Turns a man to a slave (esta clase de amor convierte a un hombre en esclavo) That kinda lovin' Sends a man right to his grave...(esta clase de amor envía un hombre directo a la tumba) I go crazy, crazy, baby, I go crazy You turn it on Then you're gone Yeah (me vuelvo loco, loco, tu lo enciendes y luego te vas, quién comerá tus sabrosos berlines nena!) you drive me Crazy, crazy, crazy, for you baby What can I do, honey (me vuelves loco, loco, loco y qué puedo hacer cariño). Juanito estaba cantando un tema de Aerosmith, Crazy, con un inglés perfecto y unos acordes impresionantes, los que estaban abajo eran los otros auxiliares que lo seguían al ritmo de la música, tanta locura, tanto rock, ahora lo podía entender...sobre la caja que estaba Juanito se apreciaba mejor, no era una caja sino un barril gigante de pipeño, del bigoteao y los auxiliares bajo él no levantaban las manos por su ritmo frenético, estaban peleándose por hacerse de la llave del barril y extraer un 'mediopato' o un 'pato' o una 'media caña' y sorpresivamente finaliza el tema, Juanito da un salto en el aire, abriendo en sus piernas en una perfecta contorsión y dando un grito ensordecedor, que todos al cabo de unos segundos impactados por el acto brutal de Juanito, dan un grito de aprobación y suben sus medias cañas en alto, cae Juanito de pie, le estiran una caña, y de primera voz Juanito grita 'Al July me lo paso por la ra.... y todos a coro ¡ja! , Al Germán me los paso por la ra...y todos a coro ¡ja!, a la directora me la paso por la ra...y todos otra vez ¡ja!, ¡Europe!, ¡Europe!, ¡Europe!, ¡Europe! (que fonéticamente se escuchaba) ¡yurop!, ¡yurop!, ¡yurop! (era el grupo de moda de esos años) Juanito da un flip-flap invertido y se para otra vez sobre el barril de pipeño y grita con las dos rodilla al suelo : It's the final countdown. ...We're leaving together, .But still it's farewell...And maybe we'll come back...To earth, who can tell? I guess there is no one to blame...We're leaving ground...Will things ever be the same again? It’s the final countdown... (no hace falta que se los traduzca), repito con un inglés perfecto, una voz trabajada e igual a la del vocalista de Europe Joey Tempest, salvo sus dientes, que Juanito solo tenía un choclero y Joey Tempest los tenía todos..y blancos. Era increíble el efecto del pipeño bigoteao.
Pero obviamente ellos no bajaban a esta 'sala sonotone', a este IPA, a esta YWCA (way) subterránea por donde había entrado yo, venían por otra escalera. Cuando finalizó el gran show, Juanito se cambió de vestuario, todos se pusieron sus delantales de trabajo, la chica Super Freak hizo lo mismo y subieron, a esa altura ya tenía un poco más de luz y los pude seguir un par de metros. Esa escalera daba justo en el cuarto que está detrás de la Virgen del Patio. Muchas veces observé que de uno en uno entraban en ese cuarto y no salían, yo pensaba que sólo era para material escolar o cosas de limpieza pero la neurona AJR hacía sus efectos por esos años.
Una vez que subieron al patio pude mirar mejor el sitio, encender unos focos que me permitiron encontrar secretos no precisamente de La Portera sino del Colegio, habían cuadros, herramientas, y decenas de cajas, cajas con monedas, pero no eran monedas de 1930 eran monedas actuales, yo creo que debe haber habido cientos de miles de pesos en monedas, todas iguales, además de documentos de Don Carlos Cousiño, nuestro 'padre de la patria', nuestro patrón del colegio. Como sabrán, Carlos Cousiño era nieto del gran empresario del carbón Matías Cousiño, hijo de Luis e Isidora y era muy problable que sus restos estuvieran ahi, aunque su tumba pública estuviera en Lota. Ya entendía que esta portera no era solo de la puerta del colegio, sino La Portera de una tradición, de un secreto inmenso que le había confiado la Sociedad Formadora de Infancia. ¿Y qué tiene que ver todo esto con su mal genio?, con su mal carácter, nada, ya debía salir de ahí, apagar las luces y largarme por donde entré antes que me pillasen.
En fin, vine por un secreto y me fui con muchos, los auxiliares y la tía del kiosco me había dejado perplejo, volví a mi sala, con Pancho molesto porque había tardado mucho. Esa misma semana, viernes 23 para ser exacto, nos tocó entrenamiento en el salón ya que no se hacía educación física por los daños del terremoto, solo podíamos practicar voleibol en las tardes, sin querer, voy saliendo del colegio sobre las 19:00 hrs y delante mío va La Portera por calle Colón, seguía la ruta del hospital Van Buren y la quise seguir solo por aburrimiento, sabía que no encontraría nada siguiéndola hasta su casa, pasamos Av. Francia, Las Heras, ella llevaba el abrigo antiguo color beige que estaba colgado tras la puerta, y mientras caminaba se chasconeaba el pelo, la seguía a unos 40 metros y veía que sacaba unos pintalabios..¡tate! dije, buscaba un secreto y creo que aquí lo tengo...se viene a juntar con un mino, cómo tanto arreglo y tanto maquillaje, claro que ese abrigo del año 20 que se venía poniendo no era muy taquillero, llegamos caminando hasta la plaza Victoria, cruzamos, la seguia observando, ella entra por el cine que está detras del Café Plaza dentro de la pequeña galería y La Portera, nuestra Portera de toda la vida cambia como un camaleón, entendí su mal genio, entendí su trabajo, entendí sus secretos, comprendí su abrigo y las monedas del sótano, entro por la galería, la pierdo de vista, voy caminado en dirección a la Plaza Victoria y sorpresivamente me topo de frente con ella , me mira, achina sus ojos, estira la mano derecha y me dice...





Tiene diez peeeeeeeeeeeeeeeeesos!!

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