sábado, 10 de abril de 2010

Estúpido Cupido ..

He encontrado momentos porque los he buscado, pero hay otros con los que sencillamente he tropezado. Para bien o para mal, no sé, están ahí y los haces tuyos, se meten en tus recuerdos y no entiendes por qué nunca se borran.
Una noche de 1985 bailaba con mi amiga Lorena, bailando de una forma sana porque era una amiga y por lo demás muy simpática, aclaro que nunca tuve nada con ella para que no mal interpreten mis palabras. Estábamos un grupo de amigos en el paradero 5 de Nueva Aurora, en estas fiestas-convivencias de aquellos años en lo que lo más tarde que podías llegar a casa era a las 12 de la noche, mientras bailábamos, me comenta que le gusta un compañero mío pero que le daba vergüenza enviarle saludos y me ofrecí, cual Cupido, para unir aquel deseo tímido de mi amiguita. Le dije: En intentar no pierdes nada y para lamentar no haberlo intentado tendrás toda la vida.
Siempre he culpado a la leche materna de ser la causante de mi buena memoria y hábil inteligencia, aunque a veces soy muy ingenuo. Pero creo que los 6 huevos batidos de cada mañana con ajo y pimienta también han jugado un papel importante en mi desarrollo mental, vamos, cualquiera podría decir que soy un mamón o bien un huevón, no importa, sigo tomando leche de la teta y sigo comiendo huevos batidos cada mañana.
Para unir aquel amor necesitaba una receta y para no fallar a la promesa hecha a Lorena necesitaba habilidad. Unir coincidencias, unir tiempo y situaciones no es para nada fácil, porque muchas veces el destino te arrastra a otras circunstancias. Pero mi reto no era ése, mi reto era doblarle la mano al destino y demostrar que yo lo podía llevar a mi gusto y si no cuajaba, era misión del tiempo deshacerlo.
Cogí mi libretita y mi Bic y me dispuse a anotar todo movimiento de mi compañero, no diré su apellido para reservar su privacidad y usaré un nombre ficticio. El era uno de los tontos lesos que se sentaba en las primeras filas de la sala porque como chileno pillo, se beneficiaba de las buenas notas de Fuentes, Gallardo y Cataldo, las mariposas memorionas de aquellos años, y haciéndose el simpático, que lo era, invertía risas y sus ganancias eran los buenos soplos de los mermelás que pillaba al vuelo. Sandro era brigadier de mi escuadrón, como lo he comentado muchas veces, yo de mi escuadrón era uno de los más altos y me formaba a su lado, salvo aquella vez que llegué con botas de charol taco alto, como una gacela, y me cambiaron al escuadrón 5, no me lo recuerden, ¡fue terrible! ¡Abuela, I hate u!
Sandro era simpático, terminaciones faciales normales, dentadura bonita con dientes pequeños, pelo negro y liso estilo 'el puma', una pequeña poncherita de aquellos años estilo Tobi, vamos...un tipo agradable de los que cuando se reía era por una broma y no por molestar a alguien, quizás también lo notaba un poco ingenuo o se hacía el weón, no sé, pero no era mal intensionado y a esa edad esas buenas costumbres uno las valora. Siempre me llamaron la atención sus fosas nasales, pensaba cómo sería si sufriese una epistaxis ya que las tenía como una caverna, podía apreciar hasta lo que pensaba, limpias por lo demás y lo mejor de todo que al pararse frente a ti para la revisión diaria tenía buen aliento.
Aquel lunes nos formamos, cantamos el himno que todos conocemos, "ser hombre o ser mujer es tener voluntad ..etc, etc..", nuestro instructor dijo un par de frases para el bronce como "Nuestra disciplina no se compara con la de otros colegios" o "Hombres son aquellos que se saben comportar", el July nos recordó que no debemos andar en la calle con las manos en los bolsillos, que debíamos ceder el asiento en la micro, y que salir del colegio significaba irse a casa y no a otro sitio con el uniforme, exponiendo la insignia, estos mensajes divinos los tragábamos los lunes y viernes. Ya me disponía a levitar con tanta demagogia (lo hacía siempre que pasaba a hablar el Sr. Valdés) cuando diviso a lo lejos, atrás de una ventana a mi amiga Lorena que me hace señas con una sonrisa cómplice, señalándome mi compañero, me acordé de lo que me había comentado el fin de semana y le respondí con otra sonrisa y guiñe de ojo haciéndome el entendido, ella se escondió, moví bruscamente mi codo derecho contra el codo izquierdo de mi compañero Sandro y me dice 'quédate quieto weón', le digo suavemente inclinando mi cabeza: "pídeme disculpas o no te cuento quién anda detrás tuyo". "Sí, me vas a agarrar pal webeo, ya te conozco", "cuando te pida disculpas me dirás el Gallardo o el Cataldo". "¡No weón es un bombón!" le dije. " vo'h de serio no tení ná, ya po'h dime, quién es", "¡pídeme disculpas!", "bueno, discúlpeme 'yurito' por haberle dicho weón". "¡una mina!" le respondí, "viste que soy pesado weón, obvio que una mina". "No po'h esa es la diferencia, es 'La Mina'", "¿Por qué?" ¿Cómo lo sabes?, "Porque me preguntó por ti", pero le prometí que no te diría su nombre, "¡viste que soy maricón!" me respondió, "El destino te dirá su nombre" le contesté. "¡Saaa weón chamullento!,". Sin darnos cuenta, unos mocasines negros se acercan por atrás, se para el July sigilosamente al lado de Sandro, con su risa perfectamente dibujada y su hermosa dentadura le dice en tono muy bajo: "Usted como brigadier debe dar el ejemplo de no conversar en la formación, si usted no demuestra respeto nadie lo va a respetar". Sandro, colorado como una fresa, y chamullento como él solo, le responde, "es que Yuri se siente mal". El July me mira con cara de pregunta y le respondo: "mentira, me está preguntando por una chica". Ya hablaremos, le responde a Sandro. Mi compañero colorado, ni me miraba, le digo, es de 3º medio, alta, pelo castaño, muy simpática, buenas notas, lo demás, te lo dirá el destino.
A los días siguientes, en uno de los recreos, retrasé mi vuelta a la sala esquivando la vigilancia del Vergara, (Aun no les cuento la verdadera historia de Germán, creo que aun la tengo), me topé con Lorena en las escaleras del edificio y rápidamente le comento que no le he dado su nombre pero ya sabe que una chica anda detrás de él, le dije "cuando le conté se puso colorado" (mentira, era porque lo retó el July)," y quiere saber quién es". "No le digas por favor", me suplica ella, "no te preocupes, ya sabrá quién es".
Las estrellas estaban a mi favor y llevaba mi misión como la había programado. En clases, Sandro, codeándose con los empollones, se ponen de acuerdo para ir a la biblioteca el miércoles, todos teníamos que hacer un trabajo de Filosofía, obviamente, como ya lo había comentado él se mimetizó con el grupito de los cerebritos. Al grupo completo les toco hablar sobre Friedrich Nietzsche y comenzaban a sortearse las obras para que cada uno hablara de un resumen. Ahí estaba mi primera oportunidad de pasar un mensaje sin delatarme y permitir que se crucen las estrellas, seguro que en mi otra vida fui un Cupido, lindo me debo haber visto en pelotas, con un arco y mi gran flecha. ¿Qué sé de Nietzsche? me pregunté rápidamente. Y lo que supiera de él además tendría que estar la obra en nuestra biblioteca, piensa, piensa, rápidamente 'Más allá del bien y del mal', 'el anticristo', no, no era muy ad-hoc al colegio ¡tate! me dije 'Así habló Zaratustra', era la más indicada. Veo que una de las yeguas corta papelitos en trozos para hacer el sorteo, disimuladamente me paro detrás de él y observo cada obra que escribe, en el segundo papel escribe una de las que había pensado, 'Más allá del bien y del mal' y en ninguno por la que me había decidido. ¡Perfecto! ahora sólo debía cambiar el papel por el que había hecho yo. Se sortean los papeles las mariposas con bototos y Sandro, como siempre, estaba hablando en la parte de atrás de la sala, debía cambiar el papel que estaba sobre su banco cuando Fuentes con su carácter implosivo le grita, "Sandro, en tu chaqueta te dejo tu papel", ahí estaba mi solución, sólo necesité agacharme un poco y cambié el papel por el mío.
Mi destino inmediato era volar a la biblioteca y buscar el libro, se lo pido a la chica de 80 años que teníamos de bibliotecaria, muy simpática por lo demás, y le digo ¿es el único que tiene? Sí, me responde, no tenemos mucho espacio para tener libros repetidos. Tras la segunda página pego mi mensaje, con mi letra falsificada de 'chica virgen que busca pololo' y le pongo 'Hola Sandro, creo que el destino se divierte con nosotros, si me quieres conocer me podrás ver pasar mañana cuando salgamos de gimnasia a las 12:30, pasaré con un aro de hulla Hoop".
Mis cálculos debían coincidir, hoy martes, la presentación de Filosofía era el viernes, por lo tanto vería la nota mañana miércoles y Lorena tenía gimnasia los jueves. ¡Perfecto! ¡Cayó como una quinceañera! ya podía disfrutar aquel jueves de la cara desorbitada de Sandro, pegado a la ventana buscando aquella chica de la nota. Como un tasador las iba mirando, y suponiendo, silenciosamente, cuál de todas ellas podía ser si todas venían con un hulla Hoop. Lo iba a tener difícil, como siempre lo he dicho, todas las chicas de mi colegio eran hermosas y suponer cuál de ellas era, mi compañero se estaba volviendo loco, además que pasaban con ropa de gimnasia más loco se ponía. Pero la primera fase de unión de astros estaba cumpliéndose, las vio pasar a todas y se quedó clavado en el último grupito. Obviamente, ella no tenía idea que la estaban tasando y él no sabía a quién buscaba, pero yo debía unir las miradas y la vista telescópica de mi compañero se clavó en el último grupo como diciendo 'podría ser ella', y ella no giró su mirada porque lo ignoraba. Mientras yo miraba a mi compañero con una pierna arriba y mordiéndome una uña me dije 'soy el puto amo'.
Ya tenía tejido mi segundo plan, una a una iba mirando las hojas de un cuaderno de Sandro, sus faltas de ortografía, el pliegue de unión entre cada letra, formas de las mayúsculas, dónde ponía el punto a las íes, inclinación de las letras, etc. duplicar su letra era la otra tarea, algo muy fácil para mi. Pero mientras pensaba en este plan, nace otro aun más arriesgado, ¿me la juego? me pregunté, 'of course' me respondí, si mi papel no corresponde al de un Cupido ordinario que grita 'te mandaron saludos' No, mi trabajo era aun más fino, mi trabajo consistía en regar el amor y que él como una planta, aflorara por sí solo, debía jugar con el amor a primera vista, con el flechazo.
"Déjame tu corbata ploma" le digo por la tarde a Lorena, "¿con quién te toca a la segunda hora?" "con la profe de Inglés" me responde con cara de duda "¿Pero estás tonto?" me dice, "El july me castiga". "Es que mañana tenemos la segunda hora libre y así te vienes al patio de la básica con la excusa de que la has perdido en gimnasia, ahí te diré lo que me ha dicho él." Ella, con su sonrisa cómplice me la entrega, y le digo "escribe en la parte de atrás tu nombre". Pero no te olvides, a las 09:15 sale al patio a buscar tu corbata.
Al otro día, como un tren Inglés, clavado a la hora, meto la corbata en un bolsillo de la capa de Sandro simulando un abrazo de cumpleaños, él me sigue la corriente y me dice ¿y mi regalo?' "ya vendrá" le contesté. Disimulo una llamada de alguien a la puerta y digo con un tono un poco alto sin abrirla del todo "¿Sandro?" Él se gira y le digo, " dice la profe de inglés que vayas un momento a su sala", se puso rojo ¡no sé por qué! y cuando va saliendo le digo: "dice que una chica te tiene que pasar algo". Sale con cara de preocupado y en el pasillo que unía el edificio y el patio principal se topa con Lorena, él le dice ¿Estás con la profe de Inglés? "¿Me tienes que pasar algo?" ¿Yo? le responde ella, "No, vengo a buscar mi corbata", nervioso Sandro hace un gesto para devolverse y mete sus manos a la capa (aquel gesto es propio de un galanteo animal, es algo intrínseco, meterse las manos a los bolsillos y levantar los hombros) Con cara de asombro saca de su bolsillo la corbata de Lorena y ella lo encara riéndose ¿y tú qué haces con mi corbata?, él le responde "pues no tengo ni idea de cómo ha llegado aquí" risas nerviosas, miradas más allá del iris, ambos con cara de péptidos con nueve aminoácidos cada uno comenzaron a generar oxitocinas como un manto donde nadie más cabía. Ya estaba cocido mi plan, ya había jugado mi papel de destino, sin escuchar mi nombre entre aquella pareja, sin mezclar mi persona, vi a través de la ventana las risas de tontos flechados. Él le entregó su corbata y ella le dijo que la profe de inglés no había ido. Ya se conocían, sólo faltaba hornear y listo.
Nos tocaban los ensayos para la fiesta Pitufa, habíamos ideado un baile con la coreografía de Rafaella Carrá, 6 compañeros seríamos 'los chicos' en parejas y la coincidencia me tocó bailar con Sandro. Orlando Barrasa fue Rafaella Carrá porque tenía unas piernas sin pelos, cabe recordar que esta fiesta la hicimos en el salón de los Artesanos, en Colón con Av. Argentina y en uno de los ensayos que tuvimos en salón de actos del colegio Orlando debía tirarse al medio del ballet y todos nos debíamos apartar, en aquel salto, Orlando cayó mal y se dobló la mano, estuvimos a punto de no actuar ya que ninguno quería hacer de Rafaella.
Ya aquella tarde pintaba para situaciones especiales, habíamos terminado el último ensayo, preparamos las vestimentas, las mallas y cintillos de colepato para el ballet, todo listo para el esperado show. Como teníamos un poco de manga ancha con la vigilancia del July, por estar en actividades, pude hablar más tranquilo con mi amiga. Fuera de su sala le comenté que me tocaba de pareja con Sandro y le pregunté qué había sucedido aquella mañana en el pasillo cuando se topó con él. Me preguntó que cómo lo había hecho para meterle su corbata en la capa sin que se diera cuenta y que se había puesto muy nerviosa, pero que notó que él también la miraba mucho. Ahora debía pensar cómo traspasar a ella un mensaje sin que sospechara que era yo el que intervenía. En ese momento, Lorena me dice que la espere un segundo y vuelve con su chaqueta en la mano, ella usaba una chaqueta azul por las mañanas, y siempre acostumbraba a ponérsela sobre el delantal del colegio, y ahí tenía mi oportunidad para colar mi último plan. Como siempre ponía mi firma en los delantales de las chicas, le dije "date la vuelta para poner mi nombre" el Yuri'82, 83, 84 u 85 estaba en muchas espaldas, mientras ella se gira hago un gesto de ordenar el cuello de su chaqueta y con un leve movimiento hacia atrás levanto su blazer y meto un papel de color amarillo, para que lo viese, en el bolsillo pequeñito de la insignia. No fue un trabajo fácil pero estaba acostumbrado. Con un papel de transparencias había copiado cada letra del cuaderno de Sandro y con un cuidadoso proceso llamado P.E.P.A.P.V (Papelitos Especiales Para Amores a Primera Vista) que consistía en confeccionar frases con cada letra copiada y una vez hecha la frase se le daba la inclinación correcta, había escrito, "Hola, soy Sandro, me metí a tu sala y te he dejado este mensaje, espero que no te enojes. Me gustaría que nos juntásemos en la puerta de los Artesanos cuando finalice la fiesta". Antes que ella pudiera verlo me despedí y le dije que no se perdiera nuestro show, como era el que cerraba la fiesta Pitufa podría lograr que se juntaran.
Puesto en el camarín, preparándonos como unas locas listas para el show, Bernardo Aravena con una polainas estilo flash dance, el pollo Vera con un peto que dejaba ver su peludo ombligo, y Sandro con un cintillo rojo que me daba escalofríos darle la mano en el show, yo igualmente disfrazado pero manteniendo mi voz ronca y mi hombría natural no dejaría que la fama me transformase. Como un chispazo generalizado a todos juntos se nos ocurrió meternos papel de diario en el slip que nos pusimos fuera de la malla para pronunciar el paquete, yo no tuve necesidad, es más, los que no encontraban papel me pedían que les convidara del mío, ilusos ellos.
Preparados para el show hacíamos contorsiones, estiramientos, nos mirábamos el culito en el espejo, si hasta olía a rosa el camarín cuando aparece ella, la reina del show, la reina del espectáculo, no me refiero a Lorena la protagonista de esta historia, me refiero a Rafaella Carrá, labios rojos como una puta, ojos delineados como una Geisha, un peto que hasta el mismísimo maricón de Fama se lo habría robado, una falda cortísima que nada más agacharse de le notaba el paquete, unas medias color carne tapaban unas piernas finísimas envidiables por cualquier chica del colegio, pero no tan hermosas como las de mi KarinaKo., y unos tacos que los desplazaba con elegancia y soltura, en resumen, de espaldas se veía 'perfecta' ¡pero feo el weón que espantaba! pero bueno, todo sea por el show y el profesionalismo que llevamos dentro..
Vamos saliendo al escenario, se oyen los gritos y silbidos degenerados mientras yo retraso mi salida, rápidamente meto en el bolso de Sandro mi última nota escrita en una hoja de cuaderno, bien grande para que nada más abrir el bolso lo encontrase, con tanto mariconeo suelto le hice un corazón con un pintalabios y le escribí, muy finamente, "Hola, ¿nos juntamos en la puerta de Los Artesanos cuando termine la fiesta? no me falles.". Salgo corriendo como una gacela, tímidamente Sandro me estira su mano y yo casi vomito, ¡qué asco! todo sea por el show.
"Aaaa aaaa aaaa aaaa caliente caliente eh oh, caliente caliente oh ah, caliente caliente eh oh, caliente caliente oh ah." Comienza la coreografía, muchas risas, nos juntamos todos para esperar el salto de Rafaella, se tira y nos apartamos, mi compañero otra vez no calcula bien y los tacos le hacen una mala jugada, pero el porrazo salió real, nos separamos todos en parejas y hacemos juegos de palmas, nos juntamos al centro y la levantamos, ella era la Reina, todo un éxito, todos aplaudían de pie, muchas risas y salimos del escenario haciendo señas como unas locas.
De vuelta al camarín, entre risas y abrazos de felicitaciones, yo les propuse salir de gira pero se negaron rotundamente, qué felices éramos. Me cambio rápidamente la ropa pues al margen de este celestial plan yo también tenía mis citas con princesas de pelo rizado, y de reojos veo que Sandro abre su bolso y coge la nota, ya su ritmo para cambiarse fue distinto y comenzó a preguntar quién tenía perfume.
Luego de firmar unos cuantos autógrafos, y mientras coqueteaba con los rizos de una princesa, la hacía reír enredando mis dedos entre sus dedos, "¿Tú eres hermosa siempre o sólo cuando yo te miro?" le murmuraba cuando veo en la puerta de calle Colón a Lorena muy nerviosa y más atrás, con su caminar de Pingüino (así le decíamos de sobrenombre), con su bolso al hombro veo llegar a mi compañero, un beso en la cara y el cielo de Valparaíso se despeja, caminan por Av. Colón en dirección al colegio y la gente se cruza como si quisieran salir en este videoclip, se cruza un trolley, unas golondrinas forman un corazón y la perspectiva de las clásicas casas de 1911 se ponen en blanco y negro, ellos se alejan cada vez más, hasta que veo que sus manos se juntan, sus figuras se transforman en dibujos a mano alzada como el video Take on me de A-ha y mi corazón late, mi chica me habla y yo no la escucho. Jugué con el destino y uní dos almas con simples papeles, ¿De eso se trata el destino? ¿De estar ahí en el momento y en el lugar preciso? Mi pecho estaba apretado, de felicidad, de alegría, como cuando encuentras un huevo en el gallinero, como cuando ayudas a cruzar la calle a una abuelita, como cuando juegas al mequieremuchopoquitonada y te sale 'me quiere mucho'.
Sólo hice lo que debía y si ellos continuaron juntos y aun son felices, tengo mi sitio asegurado en el cielo, si no...El destino se habrá encargado de deshacerlo.

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