sábado, 10 de abril de 2010

Algo grande está por suceder

Buena parte del tiempo la ocupaba en estudiar, combinaba los horarios en que había horas libres y trataba de dejar todo listo para, apenas terminar, cogía mis cosas y volaba hacia el terminal de buses, 1983, debía viajar a Santiago cada fin de semana, entrenaba en Colo-Colo y no podía dejar de ir los fines de semana. Aquel viernes por la tarde había pedido permiso para retirarme más temprano, previa nota a los servicios de seguridad del Colegio, me la habían autorizado. El Colegio Carlos Cousiño era, en esos años, un centro de educación intensivo, estábamos entonces lo mejor de lo mejor de la quinta región, tenía compañeros que superaban los 220 de Coeficiente Intelectual medido solamente en los momentos de descanso, imagínense cuánto sería en momentos de estudio. Por nombrarles algunas de las eminencias y creo que me apunté en mi mini libreta sin espiral (estábamos todos obligados a llevar una en la mano) sus C.I. : Guillermo Herrera 220, soñaba con llegar a ser algún día como su maestro Alex Benítez, Raúl González 220 pero su novia Valeska no pasaba de 1.2, Luis Rosales (Monsieur Pi San Li) 220, tenía él además beca honorífica en kárate y artes marciales, Fernando Adam 220, era el regalón del July, siempre lo mandaba a buscar con escoltas a su oficina o citaba a sus padres para mostrarles sus exelentes calificaciones, era un balazo!, El cabezón Saray 220 por el tamaño da la cabeza se disputaba los primeros lugares con el Gran Brigadier Mayor Fuenzalida pero el Saray era más expresivo, su rostro no era nada de tieso, más tarde fundó el Sindicato de Payasos de Valparaíso, se asoció con la hermana, Mauricio Cartagena 220 de C.I. y también de estatura, Jimmy Paredes 220 C.I. pero su novia Ninoska un 0.8, Elmo Parás 220 con beca honorífica en dibujo, Jorge Jorquera 220 que después pasó a ocupar un puesto de planta en la preparación de tropas del Colegio, Marcelo Hidalgo 220 que inventó luego una fórmula para crecer y sin querer se la volteó encima, Juan Zamorano 220 con mención en música y el único que ha logrado adaptar el canto gregoriano con zampoñas, Roberto Salgado 220 ahora topógrafo, está a cargo de la remodelación de Av. Pedro Montt, Pablo Velásquez 220 farmacéutico, inventó la pastilla del día después…después que nos echaron a todos por su culpa, Gerardo Reyes 220 creó la fórmula para cambiar de identidad, a veces se parece a la Rana René de Plaza Sésamo, Erick Espinoza 220 inventó los que ahora se llaman discos compactos o CD's, Manuel González 220, más tarde comandante de la flota naval del Cousiño, Natalio Ramírez 220 era capaz de mantenerse tranquilo y sin hablar más de 10 minutos, nos dejaba a todos con la boca abierta, pero el más capo con 225 dormido era el Wuatón Valdés , te miraba y sabía lo que estabas pensando, nunca te preguntaba nada en los exámenes, lo adivinaba todo, increíble, no sé cómo sabía cuando ibas al kiosco a comprar algo y ahí lo tenías al lado tuyo, pegado, que daban muchas ganas de convidarle, tenía un millón de amigos que lo sacaban de los más increíbles apuros, quién no, con esa inteligencia. Y bueno, ya luego venían otros, sin menosprecio con C.I. un poco más bajo 217 Gonzalo Quijón, 216 Sandro Canessa, Los hermanos Mora 214 (107 pa cada uno), Luis Vázquez 215, 213 el Gran Brigadier Fuenzalida o Brigadier Mayor ó Gran Jefe de todos los escuadrones, y ya luego venían los de un C.I. un poquito más bajo 212 Patricio Gallardo, Luis Fuentes, y el Cataldo, pero más que nada porque estos se gastaban parejo… la vista estudiando.
Como les contaba, el Colegio era un templo del saber y del estudio, pero sometidos a una férrea disciplina que no nos dejaba respirar; Pues abandonaba el Colegio en esos momentos cuando, no sé si recordarán, en el primer piso del edificio de aulas magnas subiendo las escaleras, había una puerta color marrón que daba a la parte de la videoteca del Salón de Actos, veo la puerta semi abierta y mi curiosidad innata me hizo detener, con mi lápiz BIC de tapa azul (estábamos todos obligados a usarlo y llevarlo en la mano) empujo suavemente hacia adentro, una suave luz se apreciaba a lo lejos, me decido entonces, agobiado por el tiempo en contra para irme al terminal de buses, y entro a la habitación, después de percibir una suave música ambiental mis ojos no dan crédito a lo que acababa de observar, sin que nadie se diera cuenta me acerqué a la orilla de la sala intentando mirar con mejor ángulo al Salón de Actos, veo a lo lejos uno de mis compañeros, uno que era poco raro que no hablaba con nadie pero que pertenecía al grupo de los C.I. altos, veo entonces a Nelson Araya pararse en medio del escenario con las manos cruzadas sobre el pecho y una luz azul brillante lo envolvía, comenzó a desvanecerse y con ella su cuerpo como que se metía debajo del escenario hasta desaparecer, luego veo entrar corriendo a Luis Lara, uno bajo, delgado, moreno que siempre se sobaba las manos cuando hablaba, sube al escenario, cruza sus brazos sobre el pecho y desaparece con la luz. Asustado con lo que acababa de presenciar me disponía a arrancar cuando de pronto entra otro de uniforme corriendo a hacer el mismo procedimiento, era Claudio Giménez, un chico de gafas que solía mover partes de su cuerpo con la vista, sobre todo cuando entraba a la sala la profe de música, nunca entendí por qué.
Con esto, ya me estaba replanteando mi salida del Colegio, o salía arrancando o me quedaba a averiguar si todo el Colegio hacía lo mismo, pero luego de esperar un rato sólo fueron esos tres. Debía averiguar entonces dónde iban, qué hacían, quiénes eran, me decidí a no ir entonces a Santiago y me fui en silencio hacia el Salón de Actos, caminé por todo el Salón, subí al escenario y estuve observando donde los tres habían desaparecido, lo único raro, en la mitad del proscenio había una compuerta que, por más que intenté moverla, fue imposible, tampoco había ruidos y la música había cesado.
Me dediqué ese fin de semana que no viajé a averiguar los orígenes de estos ‘raritos’ compañeros. Utilizando mis contactos del Colegio, existía ahí una especie de oráculo de los que podías obtener cualquier información, estaba Carlitos para temas espirituales, siempre que le preguntabas algo no tenía ni puta idea, Fidel para temas experimentales, algo habían hecho con él porque estaba pa la cagá y el jefe de ellos, Juanito, o como lo solíamos llamar nosotros cariñosamente, ‘el auxiliar’. Sus cejas eran finas pero abarcaban toda su frente, no necesitaba paraguas cuando llovía, era genial, una dentadura envidiable, y el secreto para mantenerse joven era el vino tinto, el pipeño, el navegao o el bigoteao, cualquiera de estos tipos de vinos lo aceptaban como parte importante de su dieta, era imprescindible el pato, el mediopato o la cañita, así se mantenían tan bien, aunque no lo crean, Juanito era mi nexo con mi amor de patio Karina Ko. Con ellos conseguí información esencial y averigüé sus procedencias, Nelson Araya era de Nueva Aurora, su nombre lo dice y ya es una pista para saber que su origen era extraterrestre, específicamente del Paradero 5, ahí hay una antena repetidora sumamente alta que seguro la deben usar para sus transmisiones. Luis Lara venía de los altos de Av. Francia, al final donde se unen los cerros La Cruz y el Monjas hay una canteras que , dada la lejanía de la luz de la ciudad y el terreno abierto debe ser utilizada como pista de aterrizaje extraterrestre y el último ‘rarito’ era Claudio Giménez, este venía del cerro que está al lado del Osmán Pérez Freire, pero la coincidencia es que justo a la subida hay una planta de Generadores eléctricos, subestación Cº Florida, seguro que de ahí roban la energía para alimentar sus naves, coincidencia que por esos años ’80 habían muchos apagones y culpaban a los extremistas y eran estos extraterrestres de mis compañeros los culpables.
Conociendo el verdadero origen de estos tres compañeros, me dispuse el lunes a averiguar más a fondo cuál era su misión tan secreta en el escenario del Salón de Actos, sus actitudes seguían como siempre, no hablaban con nadie, salían siempre a la misma hora, como en jerga vulgar o en cualquier colegio público le habrían denominado ‘capear clases’, pero dado el nivel de inteligencia del Cousiño eso era totalmente imposible, ahí nadie capeaba clases. Mis sospechas de su origen extraterrestre empezaron a confirmarse ya que ni el Watón Valdés, que tenía el poder de saber y adivinar todo y leer la mente de las personas no había detectado nada en ellos, eran totalmente impenetrables psicológicamente, osea, el Watón Valdés era una cagá al lado de ellos. Me propuse como meta más inmediata seguirlos a la semana siguiente y tratar de investigar por los alrededores del escenario, alguna puerta secreta o bien al riesgo de que me tragase esa luz azul brillante. Miércoles de la semana siguiente, luego de la formación que tanto nos gustaba y nos divertíamos con ellas, nuestro instructor era un tipo muy simpático e inteligente, o el Pedro, se acuerdan del Pedro, una especie de secretario mensajero que estaba siempre en secretaria, él siempre decía que odiaba a los que pasaban sentados en el sillón de la entrada, le encantaba trabajar, ¡qué personaje!, me separo de las filas de escuadrones y rápidamente con un juego de piernas (era muy hábil dado los entrenamientos en Santiago) me escondo entre las cortinas del Salón de Actos, ahí tuve que aguantar hasta que la tropa saliera y esperar a que aparecieran los ‘raritos’. Al cabo de un rato y siempre en el mismo orden llegan corriendo a pararse sobre la plataforma, luego el segundo y el tercero, me desenredo rápidamente de las cortinas y me paro en la misma posición de ellos con los brazos cruzados, esperé dos minutos y nada, pasó Juanito y cagao de la risa me grita, ‘wena Jesús’. Dado que no pasaba nada, abandoné la posición y me puse a investigar otras entradas, luego de media hora por los alrededores, bajo una escalera que daba a los baños de las chicas veo una ranura con luz, acerco mi ojo derecho y veo a uno de ellos con su mano en alto, nadie hablaba, mi corazón empezó a latir cada vez más fuerte, era como si crearan algo, ideaban algo, diseñaban algo. Mi coeficiente de 220 empezó a idear entonces una forma de entrar y averiguar qué hacían, pongo mi mano suavemente sobre una pelota marrón que salía de una especie de puerta y sin querer la giro a la izquierda, ¡tate! Era una manilla, suavemente la abro, meto mi cabeza y trato de observar todos los detalles, ¡era impresionante!, de alto tenía sobre los 4 ó 5 metros, por unos 6 u 8 de ancho, era una figura azul, una especie de dios quizás para ellos, la fórmula que utilizaba Claudio era el cuadriculado yuxtapuesto, que consistía en cuadricular un dibujo pequeño y ampliarlo según los cuadros que vas haciendo en forma independiente, así hasta formar una figura del alto y ancho que desees. Pero qué es esto me preguntaba, solo veía una figura azul sin cabeza, estaba intentando memorizar la figura para preguntar más tarde al oráculo, cuando los tres ‘raritos’ a coro me gritan: ¡pasa weón qué estay haciendo ahí!, entra y cierra la puerta, andai puro sapeando, ¿creí que no te cachamos que nos andai siguiendo?, me quedé helado, vaya extraterrestres me dije, veo que el lenguaje de cerro es tremendamente absorbente porque hablan igual. Entré ya con un poco más de confianza, presintiendo que no me harían nada, ni menos una abducción, pero pude constatar que lo único que abducían eran cervezas, ¡tómate un copete! Antes que nos cache el July! , y qué hacen les pregunté, sin tener claro su origen todavía, me contó la historia que me dejó perplejo, “Estamos creando la Fiesta Pitufa”, ahí se aclararon mis dudas, el dibujo era un Pitufo gigante que pondrían sobre el escenario, se creaba una fiesta que sería una tradición, como éramos los primeros alumnos y nadie se matriculaba por sobre nosotros, le haríamos una fiesta de bienvenida a los alumnos nuevos de cada año, ‘Bienvenidos Los Pitufos’, su esencia se ideó en el Salón de Actos, el alma de compañerismo de estos tres ‘raritos pal dibujo’ había ideado una fórmula para recibir los nuevos compañeros. La Dirección los apoyó, algo rarísimo, cada año la organizaban los mismo creadores, ponían todo su empeño y amor en crear una fiesta hermosa que era para nosotros mismos, la primera fue en nuestro Salón de Actos, convivíamos durante una semana de alegrías y actividades, sacábamos nuestras almas de artistas que teníamos reprimidas, imitación de Kiss con el Payo y el Erick, Duran Duran con Bernardo Aravena, Devo por Yuri, el chino Ronda , Hugo Carrillo y Angelo Olivares, (nuestra salida triunfal fue por la plataforma del escenario donde se tele transportaban los raritos), en el Festival de la Canción ganó nuestro compañero Agustín cantando como Miguel Bosé, eran fiestas inolvidables donde nos podíamos mezclar con nuestras amigas prohibidas, Karina, las mellizas Viviana y Marcela, Náyade Rossi, Paola Florido, Luly, Lorena Morales, Milenita Sarro y muchas más. Las siguientes se tuvieron que hacer en la Providencia y en el Salón de Artesanos en Colón y siempre participábamos con nuestro mejor anhelo de hacer de ella una fiesta preciosa, inolvidable y lo conseguimos. Gracias Claudio, Gracias Nelson, Gracias Luis, nos enseñaron a no odiar a los alumnos nuevos, a recibirlos y darles confianza en un Colegio distinto que llegas a querer mucho, sus ideas y sus intenciones eran tan grandes como aquel Pitufo que diseñaban cada año, les enseñamos a todos que podíamos comportarnos como cualquier Colegio mixto, convivir entre hombres y mujeres sin salir casados como era el susto de la Directora, que éramos jóvenes con ganas de vivir nuestras propias experiencias sin que ningún trabado nos las prohibiese, Gracias a los tres, al final yo tenía razón, ¡eran de otro planeta!

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